Clase 2. Maneja tu cámara
La parte técnica de la fotografía es lo que más se ha perdido a día de hoy. La tecnología ha conseguido que la fotografía esté al alcance de todo el mundo y los modos automáticos hacen que cualquiera consiga una fotografía técnicamente correcta con el mínimo esfuerzo. Es lo que se llama “point and shoot” apuntar y disparar. Esto sumado al bajo precio de las cámaras réflex ha llevado a la fotografía a un punto en el que cualquiera sin un conocimiento mínimo de técnica pueda hacer fotografías y sentirse fotógrafo. El hábito no hace al monje y la fotografía se ha devaluado mucho debido a todo esto.
La técnica fotográfica es esencial y obtener una fotografía con una técnica correcta es algo más complicado que poner la cámara en modo automático y disparar. Conocer los parámetros que afectan a la toma, variarlos y obtener unos resultados determinado de manera premeditada no es algo tan inmediato ni tan fácil.
Existen tres parámetros fundamentales para controlar la luz que capturaremos en la fotografía. Cada uno de estos parámetros a parte de controlar la cantidad de luz reflejada en la toma, afectará de una manera diferente al resultado. Dos fotografías del mismo sujeto en las mismas condiciones de luz pueden ser muy diferentes dependiendo del parámetro que se priorice a la hora de disparar.
Los parámetros que se debe aprender a manejar son la obturación, la sensibilidad y la profundidad de campo. Cada fotografía depende de estos tres parámetros y su resultado variará según estos.
Obturador:
Obturador es una cortinilla que tiene la cámara que deja o no pasar la luz hacia el sensor durante un tiempo determinado. Por consiguiente, un mayor tiempo de obturación implica que durante más tiempo la luz incide en el sensor captándose mayor cantidad de luz. Un excesivo tiempo de obturación para unas condiciones de luz determinadas provocará una foto velada y si nos quedamos cortos obtendremos una foto oscura. Este parámetro nos permite congelar un movimiento o hacer fotografías de larga exposición.
Profundidad de campo:
La profundidad de campo, diafragma o número f (#f) es la “pupila” de la cámara. Este parámetro controla, entre otros, el tamaño de la apertura por la que entra la luz. Hay que tener cuidado con este parámetro porque el valor del número es inversamente proporcional al tamaño de la apertura, a la cantidad de luz que entra y directamente proporcional a la profundidad de campo, esto es, cuanto menor es el número, mayor es la apertura, más luz entra pero tenemos menos profundidad de campo. La profundidad de campo es el espacio físico por delante y por detrás del objeto enfocado que queda enfocado para un determinado #f.
Sensibilidad:
La sensibilidad o ISO es la capacidad del sensor de captar la luz. Cuando tenemos un valor de sensibilidad alta, el sensor es muy sensible a la luz. El inconveniente que tienen las altas sensibilidades es que introducen ruido e la toma. El ruido es esa “arenilla” que se ve en la fotografía cuando las condiciones de luz son bajas. Sin embargo es preferible usar una sensibilidad más alta si la exposición va a ser incorrecta con otra más baja. Usar una sensibilidad baja y obtener una fotografía subexpuesta provocará más ruido que una fotografía con ISO alta y bien expuesta.
Este pequeño resumen de los parámetros de la cámara es orientativo. El correcto manejo y completo conocimiento de estos parámetros es más extenso y lleva más tiempo que el empleado en leer este artículo.
Aula
de Fotografía